jueves, 6 de mayo de 2010

Una vez

"Me quiero morir. Sin vueltas y sin dolor. Aunque en mi interior, se que lamentaría muchas cosas, pero al fin y al cabo todo acaba. Todo finaliza, todo muere, todo y no hay escapatoria alguna. Tengo ganas de derrumbar todo aquello que construí, gotas de sudor que derramé por el hecho de querer cumplir la meta, auto eliminarme de este absurda historia retorcida. Tampoco tengo muchas ganas de seguir conociendo más; desconocidos sentimientos, lugares, momentos y todo aquello que integra el vivir. Fui feliz, como todos, fui y soy demasiado infeliz, como pocos. Mis sueños hoy son violados por la agonía de la que me alimento, mis palabras son crujientes y filosas, como el rozar del filo de un cuchillo contra mi absurda piel, mis sentimientos precoces y cambiantes, mis ideas suicidas y sigo sin tener sentido de existencia hoy.
Encontré amor, no del que esperaba, en algunas personas pero siempre acabó y, sin embargo, conocí algunos sentimientos ajenos. Conocí personas de las que me agarré cuando ciertas veces me tropecé, pero me cansé de meterlos en mi mundo, ellos no tienen noción de lo que realmente siento, nadie sabe que pensamientos y sentimientos esconden mis ojos engañosos. Mi mundo está fuera del que todos conviven y destruyen. Se autodestruyen y yo no quiero seguir participando. No hoy.
A pesar de tener diecisiete años de vivencia, siento haber recorrido un estrecho e infinito camino por superficies desparejas y hoy puedo decir que estoy cansado. Hoy digo me rindo. Pero no puedo finalizarme completamente porque no tengo la suficiente valentía para auto liquidarme, para matarme y dejar de sufrir. Cobardía siempre va a haber en mi ser y otro dolor más se complementa con todos los que ya existen."



escrito en un estado crítico hace meses atrás,
Gonzalo Julián Salazar

lunes, 3 de mayo de 2010

Algo que recuerdo, entre mil cosas, de vos:



El viento golpeaba suavemente sobre nuestros cuerpos, el cielo apagado y oscuro, la brisa ultramarina escurría la arena entre toda la playa y a mi lado estabas vos, único en tu totalidad. Viendo como tus ojos oscuros e inocentes recorrían cada detalle de mi rostro cansino, iba sintiendo tu respiración al mismo unisono que el latir de tu corazón, tan relajante era el momento, que me hacías suspirar entrecortadamente, me quitabas el aire sin saberlo. Tu boca suave, como tus manos hechas de seda, me sacaban el aliento completamente y no podía dejar de besarte.. podría morir en el intento, pensé más de una vez. La noche se oscurecía más o vos brillabas más, casi como una estrella en esa noche taciturna y especial. Parecías un ángel que había caído por equivocación a la tierra y no sabías donde te situabas, estabas tan indescriptible en palabras.. eras toda una belleza visual.
Como fotografías nítidas, vos estás en mi y en alguna parte de mi andar. Siempre.